El cultivo del guisante necesita temperaturas frescas. Por ello, ahora es el momento ideal para su siembra.
Y es que el guisante tiene una gran resistencia a las heladas, por lo que en zunas cálidas como la nuestra se puede sembrar durante estas fechas. El guisante puede resistir temperaturas de hasta -2 °C.
La siembra para el cultivo del guisante tiene unas características especiales: necesita una tierra profunda y trabajada, con el aporte ideal de abonos para mejorar la cosecha, y con la inserción de la semilla en surcos de unos 4 centímetros de profundidad, dejando una separación de unos 3 centímetros aproximadamente. La siembra directa en el terreno es la mejor opción, sin pasar por transplante desde semillero.
En cuanto a los cuidados del cultivo del guisante, hay que resaltar que no necesita excesivo mimo; con una tierra rica en materia orgánica (que podemos suplementar si no la tenemos) y poco riego (con el frío y las heladas invernales en ocasiones es suficiente), tendremos una cosecha óptima.
Si el invierno es demasiado seco, se puede regar la planta evitando encharcamientos para evitar daño en las raíces.
Una vez la planta del guisante haya crecido, se debe proceder a tutorizarla. El entutorado se realiza principalmente en las variedades de enrame, que se irán agarrando gracias a sus zarcillos, sin necesidad de atarlos fuertemente, simplemente sujetarlos con mallas finas y tutores.
Por último, os sugerimos realizar el cultivo del guisante compartiendo siembra con otras varieades como rabanitos o nabos.